Esta vivienda fue realizada por el afamado arquitecto chileno Mathías Klotz para su uso personal, por lo que refleja plenamente la personalidad del autor. El paralelepípedo blanco se recorta claramente sobre el inmenso paisaje lineal.
Las marcadas aristas de la casa, a pesar de su predominante horizontalidad, contrastan con la dulzura del paisaje, en el cual la casa parece flotar, ya que está ligeramente sobreelevada. El edificio tiene una estructura en ballon frame; las superficies externas, blancas y lisas, se ven interrumpidas en la parte oriental con una serie de aberturas mínimas que crean un adorno lineal paralelo al suelo.
La separación del suelo y la forma de prismática no impiden que el edificio se integre perfectamente en el entorno y el paisaje que lo rodean. Una integración que incluso se percibe mejor apreciándola desde el interior hacia el exterior.La distribución interna se organiza en torno a un espacio central que divide la planta en 3 partes.
La parte central la ocupa un volumen de dos pisos que se corresponde con la gran vidriera.El atrio-salón proporciona luz a toda la vivienda y esconde por detrás la escalera que lleva a la balaustrada del piso superior y que une las habitaciones cada una de las alas opuestas. La madera pintada de blanco del exterior se convierte en el interior en madera clara en tonos naturales o con una ligera mano de blanco.